VARISARQUITECTES

El parque del Clot forma parte de la nueva generación de espacios públicos que promocionó el Ayuntamiento de Barcelona en la década de los 80, los primeros de la etapa democrática.

Era un espacio hecho de fragmentos urbanos, de residuos de cambios de uso y de encuentros de tramas autónomas.

Estuvimos muy atentos a los cambios de usos que emergían en aquella época.

Corredores de footing, patinadores, practicantes de bicicleta y gente jubilada que se encontraba para jugar al frontón o la petanca, usaban el parque en un abanico de horarios muy amplio.

También determinó su forma la previsión de grandes fiestas masivas, así como la eliminación de barreras arquitectónicas, para un buen uso de personas discapacitadas, bicicletas, patines y cochecitos.

Objetivos importantes del proyecto fueron el cuidado de la luz y generar una complejidad de recorridos que hiciera el parque más grande.

Para el primer objetivo, pudimos colocar 4 torres de alumbrado deportivo, hechas con ladrillos de vidrio, que centralizaban y monumentalizar el parque y creaban un referente, así como otros pórticos de luz que generaban y jerarquizaban los caminos.

Para el segundo, generaron una gran depresión de tres metros para provocar una montaña con la tierra extraída. Con esta operación construyeron una zona ideal para los juegos de pelota, un buen lugar para las verbenas y conciertos, una grada para 2.000 personas y un accidente topográfico que hacía el parque más rico y más complejo.

Nos otorgaron el premio FAD de la Opinión y aprendimos que un parque necesita 5 años de paciencia para comenzar a consolidarse.